Pienso que quizás Joy Division justo ahora me ayuden a sacar todas las ideas que se han quedado tascadas en mi mente por un período muy corto, pero que a mi parecer ha resultado tan extenso como el mes que he dejado de escribir debido a muchos compromisos que no nos conciernen por ahora. Disorder. Creo que lo mejor para inicar es afirmar que hoy desperté gracias al relámpago de una tormenta, por más porteño que esto pueda resultar, esto fue algo muy extraño además de poético, Bob Dylan, recuerden esa línea que versa "I heard the sound of a thunder that roared out a warning" que, debo admitir, me asustó un poco.
En fin, tras levantarme tarde como de costumbre y jugar "carreritas" con el transporte público y descubrir que todas las rutas son equivalentes ( a veces me preguntó por qué hago estos juegos tan triviales), la clase de derecho de autor y salir tarde para llegar al museo, llegamos a uno de los elementos incómodos del día: Enterarme de la obra de un sujeto conocido como Gustavo Artigas; sí, creo que así se escribe.
Mi hermana siempre insiste en que el arte "es algo que cualquiera puede hacer", "no tiene valor", prácticamente que "no hay arte". Tras tantos años de soportar estas frases que me resultan verdaderamente irritantes, he comprendido que este sujeto es un probable responsable de que estas cosas sucedan. Al grano, sus ejemplos son muy casuales, no rezuman ninguna investigación, hasta parecen eventos sensacionalistas. Da la casualidad de que ayer estuve contemplando algo que yo encuentro muy similar en el caso de Franz West, aunque éste último evidencia sus herencias conceptuales, pero que no me ofrecieron una experiencia estética. En este específico, la exposición es, que probablemente no sea algo "malo", un evento que antes no habíamos podido apreciar en el Museo Rufino Tamayo que hasta entonces se había portado indiferente y tradicionalista respecto a la oferta de arte contemporáneo, abre sus puertas a obra que exige la intervención del espectador. No estoy segura de si eran vigilantes los que se acercaron a darme las indicaciones de "lo que debía hacer", o gente específicamente ahí para dicho fin, pero me hicieron extrañar a mi alma mater, sobretodo con la falta de costumbre de siquiera escuchar a alguien dirigiéndose a tí en una sala de ese museo cuando yo vengo de uno donde siempre hay ruido, ecos, y cuando tenemos suerte, llenas las salas, niños correteando y riendo y carreolas paseando por doquier. Pienso que, probablemente, esto pueda ser una especie de resonancia que pasó por Patrick Charpenel, curador del a muestra y cabeza de la colección Charpenel presente en el Ciclo Inaugural del MUAC.
Honestamente ver dicha exposición ayer "me sacó del carril" y realmente deseé poder hablar con alguien muy herudito en ese sentido para así poder saber hacia dónde iban mis puntos de vista. Sobretodo tenía ganas de crear un circuito. Más después de revisar la muestra de Tamara de Lempicka en Bellas Artes. "Su técnica me encanta" -y decir con una amable sonrisa "creo que te refieres al tratamiento, a cómo se maneja, efectivamente, la técnica, que es el óleo", o alguna ñoñez al respecto. Además había una familia estadounidense, y un pequeño quería saber qué era una de las ventanas que dan a una de las loggias, a lo que su madre, distraída, le contestó: "It's Art". Debo incluir que fue también un deleite percibir los finos perfumes de las respetables señoras mayores quienes, elegantemente ataviadas, asistieron a ver las obras con una actitud muy abierta y comentando lo "bonito" del trabajo de la artista.
en lo personal, al ver las obras, es decir, yo respeto que a lo largo de los siglos se haya tendido al realismo con colores difuminados, insinuaciones de volumen, forma y fondo, por lo que me acordé del trabajo de muchos chicos pintores de mi escuela que abusan del blanco y he llegado al firme veredicto de que: "No podemos seguir haciendo lo mismo".
Menos cuando tenemos pistas tan erróneas como las de Artigas. Creo que lo único valioso de haberlo escuchado fue saber algo que no mejoró mi estado de ánimo sino que me indignó, enterarme de que supuestamente los cráneos que utiliza Damien Hirst, presuntamente parte de la misma galería que él, fueron extraídos a través de la SEMEFO y sacados del país de una de las maneras más corruptas. Si esto fuese verdad, despertaría en mí el mayor repudio hacia muchos responsables. En fin, ya estoy lo suficientemente irritada para dejar de escribir.
El arte se está alejando de una base, efectivamente como diría mi hermana, es algo que "cualquiera podría y podrá hacer", cuando se trata de trabajo y principios para la obra.
jueves, 25 de junio de 2009
Resumen de un (o unos, gulp!) día ("s")
Publicado por Rapunkzel Rock On! en 16:13 0 comentarios
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