Probablemente me conozcas más que yo misma. Sabes que yo tampoco me quiero olvidar. Mejor me envuelvo en tu música. Lo se, Dulce Pena.
Sí, definitivamente me conoces. ¿A ti también te pasó? Creo que nadie quiere ser el fantasma de nadie… o ¿de nadie más? Pareciera que me observas y puedes sentir lo mismo que yo.
No intentes disfrazarte, sé que eres tú. Te distingo no por esa falsedad, sino porque es imposible que me engañes. Y se que pronto estaré imitando esa parte que te acompaña tan bien, aprendiendo quizás, en estas tardes donde la lluvia no tiene piedad de nadie. Algún día quisiera ser como tú. Ten un poco de fe en mí. Cada vez me conquistas más.
Y en un ejercicio de paranoia es donde me alcanzas. Yo también estoy atemorizada. Estos latidos son cada vez más intensos. En mi alma, en mi alma en mi alma. Me estoy enamorando cada vez más. Y me golpeas suavemente hasta que empiezas otra vez.
Es tan familiar. Moriría si me equivocara. Eres tú y me dices que todo marcha bien, como siempre. Yo tampoco lo haré. Ya me lo habías dicho antes, ¿recuerdas? Hace unos años. Yo también quiero que alguien me preserve en su memoria, ya que ninguno de los dos lo hará. Encendiste mis esperanzas en el único lugar donde se que puedo florecer, y me hiciste sonreír. Hiciste sonar mi voz y sentirme orgullosa de ella. Es hermoso.
Me atravesaste. Dos veces y después empezaste a reconstruirme. Acabas de darme un discurso de cómo me encuentro ahora. Sí, es ella también. Quiero sentarme y hacer lo que me dices. Supongo. Yo también estoy cansada, pero cantaré contigo sonriendo. Gracias por regalármelo.
Quizás debió ser antes. Un domingo. Aunque quizás tengas razón. La libertad. Dame más. Yo seguiré corriendo. Tengo que dejarte atrás. Quiero mi libertad. ¿Escuchas? Es mi corazón cuando me detuve.
Hace mucho que se eso. Dejémosla, también quiero dejarlas. Todos lo somos. Quizás yo más que tú. Soy una mentirosa confiable. Trato de ser más romántica. Quiero creer en todo lo que crees. Eres la única cosa que quiero. Dejemos la ciudad, porque todas las chicas tontas nos dieron árboles negros. Gracias por darme burbujas y sueños.
Esa es una belleza difícil de tolerar. Debes estar lejos, viviendo tu vida en la lluvia. Ni siquiera pienso en hacer correcciones. Es un lugar al que nunca he ido pero que sueño cada vez más. Pero me aventuro en tus creaciones. Cada vez estás más cerca de la divinidad. Pero todavía estás en lo maravilloso. Gracias por elevarme.
Puedo sentirlo. Me atravesaste de nuevo. Eso hago. ¿Cómo lo sabes? ¿Debo hacerlo también? Lo haré. Ahora que estás por irte, te doy las gracias. Tu mano está lejos, pero aún así te sonrío.
Gracias.
Gracias.
No puedo creer que lo hayan hecho. Eso sólo me ha pasado una vez. Creo que tengo miedo.
