THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES

martes, 21 de junio de 2011

Catholic Discipline / Undergroun Babylon Lyrics

It sucks to search for this lyrics and find out it's fugly spanglish cover made by somebody-who-cares is more popular than the original. That's why I'm uploading this
SHOW SOME RESPECT TO PUNK VETERANS YOU SHITHEADS!!!!

Sitting in a room
Surrounded by bottles
My friends have all left
But my head is on fire

It’a already morning
But pieces of the night
Are still stuck to my hair
What we did is fading

The light of the day
What we say is bullshit
But we live the modern way

And I guess I’ll never find out
Which one of you wrote
With a greasy lipstick
Babylon will fall
Babylon must fall
Babylon must fall
On a bathroom mirror

On a stormy mattress
I will lay for hours
Adding up for my sins
And inventing new ones
I’m proud of my life
And I stay by my dooms
I can’t tell right from wrong
And it’s never stopped me

All the prophets have died
The books’ve been written
Salvation in a jar
Laugh so hard it hurts

And I guess I’ll never find out
Which one of you wrote
With a greasy lipstick
Babylon will fall
Babylon must fall
Babylon must fall
On a bathroom mirror

I like the taste of guilt
I know the taste os death
It makes me wanna sing
It makes me wanna bite

when all the dumb fucks sleep
with their bland little brains
Full of bland little dreams
We try our new curses
Experiment with fear
Experiment with fear
Sit in each other's soul
And rehearse our downfall

And I guess I’ll never find out
Which one of you wrote
With a greasy lipstick
Babylon will fall
Babylon must fall
Babylon must fall
On a bathroom mirror

jueves, 9 de junio de 2011

Los Negretes / México City Blues


“Not the shirt right off his back,
he ain’t got nothing at all.”
The Velvet Underground, Sweet Nothing

“Todo resulta inútil cuando hasta los pájaros mismos están tristes”
Jack Kerouac, Los Subterráneos


“Actitud” es un término cada vez más inusual en la escena musical de la Ciudad de México. Error: En muchas escenas. Es esta carencia la que da pie al asombro cuando empieza a sonar, con la fuerza de una bala, un disco tan brillante, cuya potencia no da oportunidad de anuncio o preámbulo alguno. Súbitamente la música embiste y arrastra hacia una vorágine de emociones bajo la misma premisa: insolencia. Una desfachatez que sólo puede encontrar lugar en el punk.

Herederos de la poesía de Jack Kerouac y las veladuras emocionales de la Velvet Underground, Los Negretes recuperan la sórdida belleza capitalina para transformarla en hermosa música, siendo México City Blues epopeya actual que tiene lugar en una ciudad gris de millones de habitantes que siguen solos. De lo trágica pero mágica que es esta Puta Ciudad. Que nos arrebata pero también obsequia.

Y mi intención, por difícil que parezca, no es repetir todo aquello que sobre este disco se ha dicho, no es llegar a un lugar común, sino combatir este sentimiento, este amor por la belleza que me abruma del millón de historias que colapsan en cada canción. Puede ser tu caso, el de ellos, incluso el mío.

En esta historia que narra México City Blues, título dignamente representado en 9 piezas, puede distinguirse una hermosa dualidad que corre del enérgico punk hasta las tenues atmósferas hermoseadas con la dulzura de los vientos. Todo, efectivamente, bajo la dolorosa línea del Blues, un blues de platino, un gris que destella con el mínimo halo de luz.

La historia empieza con ese arrebato que prevalece en esta primera parte del disco, y un toque de ska, en la blasfemia contra un lugar del que es fácil cansarse. Es aquí donde empiezo a convencerme con inmensa alegría que el punk sigue intensamente vivo en México.

Y era hermosa…
Además del reclamo, también permanece la belleza hasta la última canción. Recuerdo el término alguna vez utilizado en una propa “Garage-Mariachi Rock” que encaja a la perfección ahora. El recuerdo de un amor que por su intensidad deja una huella indeleble da lugar a una pieza de sublime encanto que nos embelesa al escuchar la pasión del imperativo “cógeme, cógeme duro esta noche” taladrando la memoria con la belleza hallada ausente, el desenfreno de la pasión convertido en armonía (“Ella”).

…no tengo nada que perder…
Repentinamente se dibuja en las cuerdas de una estoica guitarra el paisaje al que estamos acostumbrados los que dejamos la vida en las calles de la gran capital. Es en esta pieza homónima donde se alza la herencia de Jack Kerouac bajo el título “México City Blues”, corazón donde late la esencia del álbum así como el profundo dolor del abandono y la soledad. Es una estampa perfecta de, efectivamente, un blues de la Ciudad de México donde nace la más honesta poesía y colapsan…

…se que no te voy a encontrar…
sentimientos que se prolongan hasta la siguiente pieza que deslumbra por su impecable equilibrio entre punk, mariachi y ska. El dolor que la memoria revive frente a la soledad. La dureza de enfrentar el fin del amor y la pena del desengaño (“Lloviendo sobre el Distrito Federal”). La tragedia que esconde la traición.

Esta hermosa dualidad, que nos recibe enérgicamente atenuándose la violencia hasta convertirse en serenidad, quizás también en resignación tras la pérdida, la soledad; me hace pensar en la obra como una ópera de flujo continuo, que en la tradición de Wagner…

… the Lullaby…
se convierte en recorrido que despierta todas las emociones posibles, siendo aquí donde aparece el paisaje más dulce (Canción lenta) donde las dóciles transparencias logran atmósferas que cumplen la promesa repetida en esa voz. Velos sonoros que viajan de la serenidad a un frenesí por algún motivo controlado que termina por apoderarse de la calma hasta este momento impuesta…

…don’t leave me…
que envuelve sin abrir posibilidad alguna de escape en ocho minutos que, alcanzados, nos sorprenden en el más profundo letargo. Imaginamos al escuchar esa guitarra y esa historia que el tiempo se empecina en borrar, narrada en altibajos que juegan con nuestras reacciones.

…no tengo nada que celebrar…
Majestuosa (Viernes) y cruda se presenta la última parte del paisaje con hermosas guitarras cargadas de efecto, distorsión. Se tiñe de gris recorriendo la predominancia del concreto, y viaja en la más profunda soledad, contrario a lo que podría ofrecer el acostumbrado día de fiesta, tras ceder a la inercia. Pero la dualidad persiste…

…para perderme en el centro del mundo…
y aparece ese mariachi que nos acompaña en nuestras tragedias con dolorosa festividad, para lavar las penas con alcohol y amanecer al día siguiente bajo la debilidad que sólo promete la fortaleza. Una fiesta necesaria que le rinde homenaje al lugar más carnavalesco de la ciudad, que bajo las sonrisas esconde la verdad del vivir de noche, que significa hallar consuelo en el desconocido y cuya oscuridad esconde la miseria que la habita a plena luz.

…tengo un misil escondido en el pecho.
Y terminada la fiesta se acerca el final del recorrido con una impresionante obra que pone a prueba la sensibilidad de cualquiera. No se cuantas veces he llorado con esta canción, supongo que es porque no hay manera de escapar. De repente me contagia el dolor, pienso en la pérdida, me convierto en parte del duelo que se cubre de flores hermosas y pienso en tan fatal casualidad. Me dejo llevar por la dulzura de los vientos y esa frase me da el golpe final para ceder a tan inexplicable posesión. Se revela la majestuosidad de la atmósfera que concluye repentinamente con unos cuantos acordes presentando el final del álbum.

Es en verdad asombroso este álbum. Sin dudas ni temor a excesos se merece todo. Es hermoso e impresionante cómo, de entre cientos de bandas, Los Negretes pueden ver la belleza en los charcos, el concreto, el asfalto. Esa gama de grises propia de la ciudad, que constantemente se acerca al negro, pero también al blanco, que es donde encuentra la luz.